Hogar

Los beneficios de tender la cama

¿𝗬𝗮 𝘁𝗲𝗻𝗱𝗶𝘀𝘁𝗲 𝘁𝘂 𝗰𝗮𝗺𝗮 𝗵𝗼𝘆?

Desde que era una niña, mi mamá siempre insistía con el famoso “tenés que tender la cama”.

Era una de esas fastidiosas obligaciones que acompañaban la sinfonía de mandatos como “ordená tu cuarto”, “lávate los dientes”, “no dejes comida en el plato”, etc, etc…

A medida que fui creciendo y sobre todo cuando me fui a vivir sola, entendí que esta acción que parecería tan pequeña y hasta insignificante, me traía muchos beneficios.

Comenzar con la primera tarea del día cumplida, nos da paso a programar nuestro cerebro para seguir cumpliendo con el resto de actividades. Es decir que sentiremos ánimos, para continuar culminando otras tareas que nos propongamos.

Cuando tendés tu cama y ves que en el cuarto hay algún rincón que se ve tirado, sentís más ganas de recogerlo para mantener esa armonía y orden en el lugar.

Seguramente ya lo has experimentado antes pero cuando estás en un espacio ordenado, te sentís menos abrumada y no desperdicias energía mental tratando de concentrarte o encontrar las cosas que necesitás.

Ya lo dijo William H. McCraben: “𝙎𝙞 𝙦𝙪𝙞𝙚𝙧𝙚𝙨 𝙘𝙖𝙢𝙗𝙞𝙖𝙧 𝙖𝙡 𝙢𝙪𝙣𝙙𝙤 𝙘𝙤𝙢𝙞𝙚𝙣𝙯𝙖 𝙥𝙤𝙧 𝙩𝙚𝙣𝙙𝙚𝙧 𝙩𝙪 𝙘𝙖𝙢𝙖.”

El simple hecho de tender la cama podría ser el hábito más sencillo que te lleve a tener un día exitoso. No precisamente porque tender tu cama automáticamente te haga rica y famosa (igual, quién quiere eso?), sino porque desencadena una reacción de otros hábitos positivos en tu día que harán sentir de maravilla.