Ingredientes
2 y ⅔ taza de avena común
1 taza de harina integral
½ taza de leche o agua
¼ taza de aceite neutro (yo uso girasol)
⅔ taza de azúcar mascabo
1 cdta de esencia de vainilla
Ralladura de naranja
1 cdta de polvo de hornear
Pizca de sal
400g de dulce de membrillo
Primero hay que procesar (o licuar) la avena, para que quede bien bien finita tipo harina.
En un recipiente colocar todos los ingredientes líquidos: la leche (o agua), el aceite y la esencia de vainilla. Mezclar con un batidor de alambre, y agregar el azúcar mascabo junto la ralladura de naranja e integrar.
Por otro lado, mezclar todos los ingredientes secos: la avena molida, la harina integral, una pizca de sal y el polvo de hornear.
Agregar de a poco los secos sobre la mezcla anterior, sin dejar de mezclar para lograr un bollo.
Importante! Dejar que la masa descanse unos 15 minutos en la heladera, porque la avena va a absorber el líquido y la apariencia de la masa va a cambiar completamente.
Mientras tanto, derretir el dulce de membrillo. Cortar en cuadraditos, y llevar al fuego en una ollita o sartén con apenitas de agua, hasta que quede líquido pero con algo de firmeza.
Separar la masa: 2/3 para la base y 1/3 para hacer el enrejado de arriba.
En una tartera enaicetada y enharinada, estirar la masa de la base, colocar el dulce de membrillo y vamos por el enrejado!
Para eso, hay que estirar la masa restante bien finita y cortar tiras de 1 cm de ancho.
Colocar unas tiras atravesando la tartera en diagonal, y cruzar otras tiras en el otro sentido. Llevar a horno moderado por 30 minutos o hasta que esté doradita.
Tip: Si no tenés avena, podés reemplazar por harina integral o harina común. También podés usar ralladura de limón en lugar de naranja
